Cuando tuve que dejar Alemania y mi maestría

Un jueves por la mañana me notificaron que tenía un poco más de 20 días para abandonar Alemania, dejar mi maestría, mis amigos y mis anhelos. En este artículo te contaré una de las experiencias más difíciles que me ha tocado vivir.

¿QUÉ PASÓ?

“¿qué pasó?”, me preguntaba mi padre cuando lo llamé desde el Aeropuerto de Berlín, esperando mi vuelo de vuelta a casa, “me cancelaron la visa de estudios papá”, le respondí. “¿Por qué Junior?”, la pregunta de mi padre resonó por mi cabeza las 16 horas de viaje de vuelta a casa.

Por fin trabajaba como programador a medio tiempo, no tenía problemas con la ley, ahorraba lo más que podía y trataba de adaptarme. Sin embargo, a pesar de mis esfuerzos había sobrepasado mi tiempo de estudio y no me quedaba de otra, más que dejar todo atrás.

En realidad, la responsabilidad fue toda mía, lanzarme a una ciudad con un costo de vida elevado, al menos para mí, y a una universidad con reputación internacional fue muy tentador, tanto que no reparé en que trabajar y estudiar al mismo tiempo me iba a superar tarde o temprano.

UNA SOLUCIÓN

Fue la suerte o tal vez perseverancia, lo que me condujo a la oficina de extranjería a buscar alguna solución. Y en realidad me la dieron, si podía obtener una carta de aceptación para un estudio técnico o Ausbildung podría alargar mi visa.

En mi mente recordaba los momentos en mi vida en la que fueron posible hacer milagros, como la de lograr la dichosa visa para trabajar y viajar en Estados Unidos, lograr ganar una beca en Alemania y aprobar los exámenes mas complicados estudiando toda la noche. Sin embargo, esta vez el milagro no fue posible.

En algún punto tuve que aceptar el hecho de que, a pesar de haber mandado muchas aplicaciones, no iba a lograr obtener una carta de aceptación en menos de 20 días, algo que no fue fácil y en pocas palabras, sentí como todo mi mundo se venía abajo.

LA PENSADORA

En el mundo del hampa, se cuenta que las personas que pisan la cárcel por primera vez experimentan un proceso de reflexión, en la que piensan y recuerdan muchas cosas en el tiempo de reclusión. A esto se le llama “la pensadora” en Perú. Y yo, a pesar de no estar recluido pensé y recordé muchas cosas en el tiempo que me tocó esperar el día de mi retorno.

Recordé, por ejemplo, el día que mi padre me llamó por teléfono y me dijo “No lo puedes tener todo en la vida” sin motivo aparente. Recordé también la historia de “La Mími”, mi abuela, quien contra toda adversidad logró sacar adelante a 5 niños sola.

Finalmente, llegué a la conclusión que, si tuviese poco o todo en la vida, dependía de mi hacerlo posible y que esto no era un punto final sino un punto aparte en mi vida, sin mencionar la vergüenza que me daría que “La Mími” me viera acongojado por haber recibido una simple carta para luego poder regresar a casa en avión.

LA CAUSALIDAD

Siempre he pensado que tanto lo bueno o lo malo que sucede en la vida es una oportunidad de cambiar y aprender, y cuando el avión aterrizaba, pensé que, con el tiempo, recordaría esta experiencia posiblemente con humor y que además entendería que mi camino debió estar de vuelta, y así fue.

El viaje de retorno me dio la oportunidad de despedirme de aquellas personas que se irían pronto, como mis abuelos y mi padre. Además de tener el privilegio de volver a probar la comida de mi madre, reencontrarme con amigos y la familia, sin mencionar que volví a disfrutar todo lo que echaba de menos cuando estaba en Alemania.

Y como a todos, la pandemia también me sorprendió. Pero por suerte en mi caso, me sorprendió en casa junto a mi madre. A la que en esta ocasión ya como adulto pude proteger y cuidar. Además de compartir momentos familiares, algo que en verdad extrañé durante muchos años.

UNA BROMA

Tras esta experiencia había decidido olvidarme de hacer una maestría y dedicarme a trabajar. Un poco después decidí probar homologar mis estudios en Alemania, algo que funcionó a pesar de que ni yo tenía fe en esto. Finalmente decidí aplicar a una visa de búsqueda de trabajo y mudarme a mi ciudad favorita en Alemania, Berlín.

Y como si a mi vida le faltara más suspenso, llegó la pandemia y las visas de búsqueda de trabajo como otras fueron canceladas, excepto algunas como las de estudio. Lo pensé mucho y me resistí, pero volví a aplicar a una maestría. No solo fui aceptado en el Máster, también me dieron la visa de estudiante, y esto damas y caballeros es a lo que llamo una broma de la vida, ¿O quizás revancha?

Dos años después, mi profesor sale del aula y junto a otro profesor me informan que aprobé mi tesis de maestría. De regreso a casa no puedo evitar dejar de llorar, mientras pienso que finalmente esta travesía acaba de terminar, si pudiera hablar a mi yo en el avión de vuelta a casa le diría “Levanta la cabeza, todo irá bien…”

CONCLUSIÓN

Sí, acabo de terminar mi maestría y me puse muy emotivo. Me gustaría contar muchas más anécdotas de esta travesía, pero lo reservaré para futuras publicaciones. Por otro lado, no es mi deseo jactarme de este logro, sino de motivar a otros a superar situaciones difíciles que puedan estar pasando, también a mi yo del futuro, “todo irá bien…”

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8 comentarios en “Cuando tuve que dejar Alemania y mi maestría”

  1. Hola Alejandro
    Tu hisotria me resonó mucho.
    Estoy matriculado en la universidad hace muchos años y aun no terminado mi tesis.
    Tengo miedo que me pasé eso y me arrepienta.
    Igualmente voy a tener otra visa creo yo.
    Saludos

    1. Hola Virginia,

      Gracias por dejar tu comentario. De verdad espero que te vaya bien con la tesis. Algo que yo no hice en su momento, pero que luego entendí que era una buena opción, es acudir al consejero de la universidad. Por lo general, ellos deberían ayudarte a formular alguna estrategia o a orientar mejor tu estudio universitario.

      Si consideras necesario tener un plan B, evalúa la opción de cambiar de carrera, de universidad o pasarte a un Ausbildung, que no tiene nada de malo tampoco.

      Por otro lado, el cansancio mental, además de la salud mental, pesa mucho en mi opinión. Si tienes los medios, considera buscar ayuda de terapeutas o psicólogos; al final, todo suma.

      Te recomiendo dos cosas que me ayudaron mucho: primero, escucha el monólogo de Facundo Cabral “No estás deprimido, estás distraído”. De algún modo, te ayuda a cambiar la perspectiva en los momentos difíciles. Segundo, lee el libro “Hábitos atómicos”, que te ayudará a ser más productiva.

      ¡Ánimos! Espero saber pronto de ti.

  2. Hola! Wow, qué vueltas
    Me encantó cuando dices “[…] llegué a la conclusión que, si tuviese poco o todo en la vida, dependía de mi hacerlo posible”.

    Por otro lado, siento que está bien estar feliz por todo tu esfuerzo y logro, y no lo veo como estar jactándose el compartirlo! Muchas felicidades!

    Que se abran los caminos con más coherencia para nosotros!

    Cariños

  3. Los grandes logros requieren de grandes sacrificios, pero al final del camino ver lo transitado te enorgullece puedes decir Lo Logre , felicitaciones porque la voluntad y perseverancia siempre triunfan

    1. Muchas gracias por dejar tu comentario, en realidad si hubo mucha voluntad pero para ser sincero también momentos de flaqueza. Al final solo hice lo mejor que podía, enfrentando mis temores y confiando en que todo iría bien.

      Saludos =)

  4. Hola Alejandro ,
    Esta es la primera ves que comentó tu blog , me encantó leerte . Sin duda porque también me sentí identificada, hasta me animé a escribir yo también un blog! , felices fiestas 🎄

    1. Hola Anónima =),

      Gracias por dejar tu comentario y por valorar mi artículo en verdad eso me motiva mucho, te deseo mucha suerte con el Blog también, yo comencé con blogspot y luego me mudé a WordPress, da igual donde, lo importante es que te animes 😉

      felices fiestas a ti también 🎄