El “Karneval der Kulturen” en Berlín regresó después de tres años de ausencia en 2023 y lo hizo con muchas novedades. Aquí te compartiré las experiencias que viví durante el carnaval, así como algunos datos que pueden resultar útiles.
El cóctel que nos llevó a la mejor fiesta
Antes de llegar al carnaval, había revisado el programa y marcado los eventos latinos que prometían ser buenos. En realidad, solo había seleccionado 5 eventos, ya que pensaba dedicar el resto del tiempo a pasear, probar comida de la feria e inevitablemente, terminar en la zona de DJs.
Sin embargo, todo cambió cuando conocí a Victoria en un puesto de comida peruana. Mientras nos vendía un Pisco Sour, nos sugirió visitar un espacio donde habría música latina durante toda la noche. Al principio, pensé que podría ser un error, ya que no lo había visto en el programa. Pero al final, decidimos ir juntos y nos encontramos con varios músicos que nos hicieron bailar al ritmo de flamenco, salsa, merengue, reguetón y rock en español. No hace falta decir que terminamos siempre en este lugar después de pasear y visitar los eventos que habíamos marcado.
Si estás interesado, dejaré el enlace al perfil de Facebook del grupo que tocó todas las noches, casi sin pausas, en el festival del carnaval de las culturas.
Los vendedores ambulantes y el supermercado
Sinceramente, estar en el carnaval provoca mucha sed, debido a esto los precios de las cervezas a 6 euros y los cócteles a 12 euros no parecían tan malos. Sin embargo, durante un concierto, noté que un hombre entre el público vendía cervezas heladas a 3 euros. Era obvio que se trataba de un vendedor ambulante, algo que llama mucho la atención porque no es muy común verlos en Alemania.
Por otro lado, al día siguiente cerca de los baños había dos chicas muy jóvenes vendiendo cócteles a 6 euros, toda una oferta. Lamentablemente, no sabían prepararlos muy bien, pero por el precio no estaba mal. De repente, una de ellas le gritó a su compañera que no había más hielo. Esta salió casi corriendo y regresó en unos 5 minutos. Me pareció muy curioso y al revisar Google Maps me di cuenta de que había un supermercado muy cerca.
Así que, en caso de no tener suficiente dinero, es bueno saber que hay un supermercado cercano de donde es muy probable que los vendedores ambulantes hayan comprado las bebidas.
De regreso a los 80
Algo que me llamó la atención es que muy pocos vendedores ofrecían la opción de pago con tarjeta, y en realidad todo se manejaba casi exclusivamente en efectivo. No fue hasta las 4 de la tarde que entendí la razón: a partir de esa hora, los datos móviles dejaban de funcionar, y a partir de las 7, la señal del teléfono también se perdía en ciertas zonas por la gran cantidad de personas.
Debido a esto, tratar de encontrarse con amigos dentro del festival se volvía casi imposible, por lo que lo más recomendable era reunirse en un punto cercano al festival o elegir un lugar conocido dentro del mismo.
Sin embargo, descubrí una solución que funcionaba casi siempre. Consistía en poner el móvil en modo avión durante al menos dos minutos y luego desactivarlo. Esto nos daba una ventana de 15 a 20 segundos para recibir y enviar mensajes. Quizás no sea la solución más brillante, pero es mejor que nada.
Al llegar al carnaval, es común dar una vuelta por todo el festival para conocer las opciones culinarias y eventos. Sin embargo, si llegas después de las 4 pm y el lugar está abarrotado, es difícil ver todo. En ese caso, es recomendable visitar los puntos cercanos a la entrada para aprovechar al máximo tu tiempo.
Este año, se presentó una novedad interesante: la aplicación Winkt. Esta te permite acceder a la descripción de cada punto del festival de forma digital, facilitando la llegada a los lugares de tu interés sin necesidad de hacer el peregrinaje obligatorio.
En mi opinión, hay un único inconveniente: si intentas descargar la aplicación durante la hora punta del carnaval, es probable que enfrentes problemas con la señal de teléfono, por lo que es recomendable hacerlo con antelación.
El día principal del carnaval es el pasacalle, donde se muestra lo mejor de cada país. En ocasiones anteriores, llegaba tarde debido a la fiesta del día anterior. Esta vez, opté por una estrategia: ubicarme en la mitad del recorrido.
Resultó interesante que, durante las pausas, muchas personas cruzaban la pista, permitiéndome acercarme más a la calle del desfile y disfrutar del resto del espectáculo. Es una forma genial de aprovechar al máximo el pasacalle. Pero si necesitas ir al baño o ir por bebidas perderás tu lugar, así que debes ir con todo lo necesario.
Nuevas Tradiciones
Antes solía ir a un café peruano en Berlín para tomar helados y comer “Pollo a la Brasa” con salsa huacatay. Después del Carnaval, visitaba un restaurante colombiano cercano para disfrutar de una “Bandeja Paisa”. Lamentablemente, con el tiempo, ambos lugares cambiaron y ya no ofrecían lo mismo.
Sin embargo, mi tristeza se desvaneció cuando descubrí el Restaurante Paracas, recomendado por otro peruano en el festival. Aquí encontré una gran variedad de platos, servidos en generosas porciones, tal como me gusta. Ahora se ha convertido en mi nueva tradición después del carnaval. Si regreso a Berlín, ¡haré mi propio ranking de restaurantes favoritos!
Conclusión
Definitivamente, el Carnaval ha experimentado muchos cambios y quizás algunos inconvenientes con la versión en inglés de la web y la creación de nuevos espacios, pero a pesar de todo, la experiencia sigue siendo única. Además, he descubierto nuevos lugares que valieron la pena. Sin lugar a duda, si tengo la oportunidad, volveré en el futuro.
Soy un Expat peruano en Alemania viviendo su leyenda personal. Ingeniero de sistemas de profesión y con pasatiempos interesantes como bloguero, cocinero, fotógrafo y DJ, dejando un pedacito de mi esencia en cada proyecto que emprendo.