Como ahorrar o estirar el dinero para sobrevivir en Alemania

A muchos de nosotros nos ha tocado vivir épocas difíciles financieramente en algún momento. En este post, compartiré algunas anécdotas sobre las cosas que he tenido que hacer para poder llegar a fin de mes con saldo positivo. En algunos casos, la suerte jugó a mi favor, mientras que, en otros, la creatividad fue mi mejor aliada.

Fútbol y Ceviche

Uno de mis pasatiempos más queridos es el fútbol de fin de semana, donde siento que todo el estrés y la frustración se disipan después de un par de horas. En uno de estos juegos, un amigo mencionó lo mucho que extrañaba comer un ceviche de carretilla.

Este comentario hubiera pasado desapercibido si no fuera porque me quedaban cerca de 50 euros para sobrevivir unas tres semanas más. Por eso, propuse al grupo de fútbol llevar ceviche al próximo partido, idea que muchos apoyaron.

Aquella mañana me levanté temprano para preparar el ceviche lo mejor posible, como si estuviera cocinando para un programa de MasterChef. Al llegar al partido, me sentía avergonzado de pedir dinero, pero afortunadamente la mayoría estuvo de acuerdo en “donarme” una cantidad por cada porción. Al final, logré llegar al fin de mes sin problemas.

Peluquero casero

Cuando vivía en un pequeño pueblo en Alemania, solía ir regularmente a cortarme el cabello con un peluquero paquistaní. Además de ofrecer tarifas económicas, disfrutaba mucho de nuestras conversaciones amenas.

Sin embargo, al mudarme a una ciudad más grande, me encontré con precios que estaban fuera de mi alcance. Fue entonces cuando decidí comprar una máquina de cortar cabello para intentar ahorrar dinero evitando las visitas al peluquero. Debo admitir que al principio cometí varios errores, como cortes irregulares en la nuca e incluso una vez me rapé una parte de mi cabello por accidente.

Después de muchas prácticas, finalmente logré dominar el arte del corte con la máquina e incluso empecé a utilizar una tijera para cortar papel para refinar aún más mi estilo. Esto no solo me permitió ahorrar un poco de dinero, sino que también me encontré en situaciones donde pude ayudar a algunos amigos en apuros, como un domingo por la mañana cuando les corté el cabello, aunque solo con el estilo que yo conocía.

Fiestas y recolección

En Alemania, no es ningún secreto que se puede obtener un poco de dinero reciclando envases de bebidas. Sin embargo, juntar botellas solía ser una tarea extenuante. Por eso, cuando había una fiesta de estudiantes, aprovechaba para recoger las botellas que podía.

Hasta que se me ocurrió organizar fiestas en las cuales cada uno de los invitados debía traer sus propias bebidas y alimentos, mientras yo proporcionaba el lugar y la buena música. Fueron fiestas divertidas y al final lograba reunir una buena cantidad de dinero, además de muchas bebidas y alimentos que siempre quedaban al final.

Todo esto era posible gracias a que vivía en el campus de estudiantes y también gracias a que contábamos con un bar que podíamos utilizar siempre y cuando se limpiara al final. En una de esas fiestas, encontré a un amigo ebrio detrás del sofá a la mañana siguiente, lo que me llevó a dejar de organizar fiestas por miedo a que ocurriera algún accidente en el futuro.

Gourmet a 5 euros

Con el tiempo, algo que se extraña mucho viviendo en el extranjero es la sazón de casa y los platos típicos de mi país. En mi caso, normalmente no era un problema, ya que afortunadamente cocinar es uno de mis pasatiempos favoritos.

Aun así, a veces me aventuraba a visitar restaurantes latinos cuando podía. Lamentablemente, en mi opinión, muchas veces la relación entre el costo y el sabor no era proporcional, y salía decepcionado cuando el tamaño del plato era gourmet. Esto me hacía sentir que volvía a jugar a la comida con las muñecas de mis primas.

Debido a esto, organicé grupos de cocina con muchos amigos. Entre todos colaborábamos para comprar los ingredientes y cocinar muchos platos. Sin lugar a duda, fue algo que disfruté mucho, no solo por los alimentos, sino también por la unión del grupo. Al final, cada plato nos salía entre 5 y 7 euros. Hablamos de platos como ceviche, arroz verde, chili con carne, bandeja paisa y muchos más.

La banca Online

Con el tiempo, me propuse ayudar a mi madre con los gastos del hogar. Por esta razón, al llegar a Alemania, mantuve activa mi tarjeta bancaria en Perú para realizar transacciones en línea. De esta manera, podía enviarme dinero directamente a mi cuenta en Perú para pagar las facturas de agua, luz e internet desde la aplicación del banco.

Sin embargo, cuando decidí adquirir una aplicación de pago. Opté por utilizar mi cuenta peruana, dado que mi cuenta alemana no cuenta con Visa, Me di cuenta de que el costo en mi moneda local era menor, así que actualmente utilizo mi cuenta peruana para suscripciones a servicios que todo el mundo utiliza.

A pesar de esto, una de las desventajas es que mi cuenta bancaria en Perú se bloquea ocasionalmente cuando realizo demasiados pagos. Aun así, esto se puede solucionar con una simple llamada, aunque puede tardar hasta 4 días en resolverse. Por otro lado, no está de más aclarar para que esto funcione, se debe lograr el registro de pago con los datos de tu país de origen, en mi caso, Perú.

Hambre y tecnología

Cuando conocí a Ussop, un migrante con muchos años en Alemania, me contó que alguna vez se quedó sin dinero y, debido a esto, no probó bocado durante 3 días seguidos. Esta experiencia lo marcó de por vida y fue el motivo por el cual siempre estaba dispuesto a ayudar a estudiantes extranjeros con consejos y alimentos.

Al escuchar su anécdota, lo primero que sentí fue, obviamente, pena por él. Sin embargo, mencionó que aquel día, otro estudiante tocó a su puerta y le preguntó si deseaba quedarse con algunos alimentos, ya que él se mudaría esa tarde. Este golpe de suerte probablemente le salvó de una situación complicada a Ussop.

Actualmente, no sé si todos tendríamos la misma suerte en esa situación, pero lo que sí sé es que en Europa existen grupos de “Food sharing” en redes sociales como Facebook o aplicaciones como “Too Good to Go”, donde por poco o nada se puede conseguir un poco de alimento, algo que durante el tiempo de estudiante de Ussop no existía.

Conclusión

La primera vez que escuché la frase “Cada vez que llovió paró”, no la entendí completamente. Ahora, con un poco más de experiencia en la vida, sé que se refiere a que los momentos difíciles no duran para siempre, lo cual es un gran alivio. Esto es especialmente cierto en situaciones financieras negativas, como las que podemos experimentar como inmigrantes.

Alejandro Huahuala

Soy un Expat peruano en Alemania viviendo su leyenda personal. Ingeniero de sistemas de profesión y con pasatiempos interesantes como bloguero, cocinero, fotógrafo y DJ, dejando un pedacito de mi esencia en cada proyecto que emprendo.