Hace poco, una amiga me habló sobre sus problemas para avanzar en su formación profesional en Alemania porque tenía muchas tareas por hacer y poco tiempo disponible. Me identifiqué con ella y recordé momentos estresantes y desesperantes que pasé debido a mi falta de organización y malos hábitos. En este post, compartiré algunos de los problemas que enfrenté por mi falta de organización y algunas soluciones que me ayudaron a superarlos.
Antes que nada, quiero aclarar que no soy un experto en organización y aún tengo muchos malos hábitos que estoy tratando de cambiar. Sin embargo, quiero compartir algunas de mis experiencias y soluciones que podrían ayudar a alguien que esté pasando por lo mismo
Quietito y cooperando
Cuando empecé a aprender alemán, pensé que sería beneficioso estudiar en una universidad alemana y practicar con amigos alemanes al mismo tiempo. Después de un tiempo razonable, empecé a poder hacer algunas cosas en alemán, como ir al supermercado y hacer pedidos en restaurantes. Esto me llenaba de orgullo, ya que lo consideraba un gran progreso.
Pero llegó el día en que me invitaron a una fiesta. Al principio nos comunicamos en inglés, pero después de unas horas todos empezaron a hablar en alemán. Me sentí como un pez fuera del agua, y terminé en una esquina de la fiesta, sintiéndome solitario e impotente, ya que mi nivel de alemán no era suficiente para socializar con el resto de los invitados. Además, pronto tendría un examen de alemán.
Salí de la fiesta antes de la medianoche y fui a visitar a Alfonso, un buen amigo que admiraba mucho por su determinación como estudiante en Alemania. Le expliqué cómo me había sentido y él me brindó ánimo y apoyo. En ese momento, pronunció una frase que para mí resultó muy significativa: “quietito y cooperando”. Esta frase encierra un gran valor, ya que en diversas situaciones difíciles que me he encontrado, al final lo único que queda es empezar a actuar. Puede parecer simple, pero en ese momento es muy difícil darse cuenta de que no tiene sentido lamentarse y que hay que concentrarse en resolver el problema sin dejarse atormentar por pensamientos o sentimientos de culpa. Aunque sé que no es fácil, cuando tomo conciencia de esta situación, aprendí a centrarme en encontrar una solución.
La vida es muy corta
En uno de mis momentos emotivos, decidí crear listas de tareas en mi móvil y trabajar constantemente con mi agenda. Había tenido muchas situaciones en las que se me había pasado alguna tarea por hacer o alguna fecha importante, y sentía malestar por este tipo de cosas. A pesar de mis esfuerzos, esta sensación de malestar continuó.
Un buen día, mientras escuchaba el podcast “Entiende tu mente”, recomendaron el libro “Cuatro mil semanas – Gestión del tiempo para mortales” de Oliver Burkeman. Hacer un resumen detallado del libro sería una tarea extensa, pero en esencia, el autor argumenta que un ser humano vive aproximadamente 4000 semanas en promedio. El libro invita a sus lectores a procrastinar mejor, no sobreestimar el concepto de eficiencia y a tomar en cuenta otras cosas importantes para gestionar el tiempo de manera efectiva.
Lo sé, al principio el libro puede parecer absurdo, pero luego cobra mucho sentido. Si reflexionamos, la vida es corta y, a veces, al querer hacer todo, dejamos de lado cosas importantes o beneficiosas. Si te estás preguntando si me convertí en un hippie y abandoné todo, estás equivocado/a. Lo que hice fue priorizar mis tareas y dejar de lado cosas que no eran tan importantes a corto plazo. También pospuse algunas actividades sin sentirme mal. Al mismo tiempo, empecé a disfrutar de las pequeñas cosas, como escribir o mirar al cielo. Mentiría si afirmara que desde entonces hago todo mejor, pero la verdad es que ahora tengo más control de mi tiempo y agendo mi procrastinación en mi lista de tareas.
La Cigarra y la Hormiga
Es de suponer que todos hemos escuchado alguna vez la fábula sobre la cigarra despreocupada y la hormiga laboriosa, y con el mensaje de esta historia siempre he tenido en mente que todo trabajo que hago debe tener implícito el sacrificio. Esto me ha dado muchas recompensas, pero inevitablemente llegó el día en el que, a pesar de dar mi máximo esfuerzo, no obtuve los resultados esperados. Incluso empecé a experimentar cuadros de ansiedad, algo que no sucedía en la historia de la hormiga.
Después de esa experiencia tan negativa, pensé que quizás no había trabajado con la suficiente antelación o que simplemente no era muy hábil. Sin embargo, al tratar de hacer las cosas de manera diferente, decidí tomar pausas periódicas para dejar mi mente en blanco. Sorprendentemente, esto me ayudó a concentrarme mejor y a trabajar de manera más enfocada. Eventualmente descubrí que esta técnica se llama “Pomodoro”, y consiste en segmentar el trabajo en períodos de tiempo con pausas incluidas, siendo la pausa una parte tan importante como la tarea.
No hace falta decir que esta técnica no es perfecta para todo tipo de tareas, pero al menos en el estudio o el trabajo me ha resultado bastante útil. También existen otros conceptos como la Matriz de Prioridades de Eisenhower, Kanban, el positivismo y la delegación, los cuales de una u otra forma aplico en mi vida personal. No es necesario definirlos en este post, ya que hay innumerables fuentes que hablan sobre estos conceptos. Sin embargo, los recomiendo encarecidamente para que traten de adaptarlos a sus propios hábitos.
Conclusión
Los temas de organización, control de tiempo y productividad son muy interesantes. En mi opinión, para convertirlos en hábitos que nos permitan alcanzar nuestras metas sin tantos tropiezos, se requiere tiempo, motivación y constancia. Este proceso lleva tiempo, y personalmente, aún estoy luchando por lograr organizarme mejor y hacer más con menos estrés.
Es importante recordar que la implementación de nuevos hábitos no sucede de la noche a la mañana, y es normal tener contratiempos en el camino. Lo importante es mantener una actitud positiva y seguir trabajando hacia nuestros objetivos. ¡Sigue adelante y nunca te rindas en tu búsqueda por mejorar tu organización y productividad!
Soy un Expat peruano en Alemania viviendo su leyenda personal. Ingeniero de sistemas de profesión y con pasatiempos interesantes como bloguero, cocinero, fotógrafo y DJ, dejando un pedacito de mi esencia en cada proyecto que emprendo.