Cuando por fin logré hablar en alemán

Uno de los desafíos más significativos en mi vida ha sido aprender alemán, y aunque algunos días continúa siéndolo, quiero compartir contigo en este artículo mi experiencia y mi relación, a veces de amor y otras de odio, con este hermoso idioma.

El primer impacto

La primera vez que subí al tranvía en Alemania, también fue la primera vez que escuché alemán en un entorno urbano, y debo admitir que sentí cierto temor. No quiero caer en los estereotipos de los chistes sobre el idioma alemán, pero la verdad es que me asustó un poco. Oír tantas consonantes juntas me hacía pensar que todos estaban enojados. Sin embargo, pronto noté algunas sonrisas en los rostros de las personas a mi alrededor, lo que me dejó un tanto confundido.

Ahora, reflexionando sobre ello, creo que esa podría haber sido la razón por la que, durante los primeros meses, además de hablar en español, me refugiaba en el inglés. Fue una decisión que lamenté más tarde, ya que, al no practicar el alemán, no pude mejorar.

El poder del chisme

No quiero vender un positivismo extremo y decir que aprendí alemán solo con fuerza de voluntad, la verdad es que, aunque lo intenté de esa manera, muchas veces me sentía desmotivado. Fue gracias a los tandems o intercambios de idiomas con alemanes nativos que empecé a interesarme más por aprender.

Al principio, para ser honesto, resultó un tanto aburrido, ya que los temas de conversación, en mi opinión, eran un poco superficiales. Hablábamos sobre el clima, política, historia, estudios y hasta música, pero lamentablemente no eran mis temas favoritos para dialogar.

Hasta que conocí a Sofía, un tandem que dejó de lado estos temas comunes y comenzó a contarme cosas sobre su relación de telenovela con su novio, anécdotas locas con amigos y dramas familiares. Fue en ese momento cuando empecé a hablar más en alemán y a buscar las palabras necesarias para compartir también mis propios chismes. De esta manera logré motivarme a aprender más alemán.

El miedo a hablar

Normalmente, en español, no suelo ser una persona muy conversadora, pero con la motivación adecuada puedo entablar una conversación cómodamente. Sin embargo, en alemán, fue diferente desde el principio. Sentía la necesidad de hablar, pero a pesar de entender la mayor parte de la conversación, no me atrevía a hablar. Además, si intentaba solucionarlo con alcohol, la situación empeoraba, ya que ni yo mismo me entendía.

En un momento, esta situación me frustró lo suficiente como para decidir asistir a reuniones de intercambio de idiomas. Estas reuniones me ayudaron a superar el miedo a hablar, y poco a poco, mezclando inglés y alemán al principio, perdí mi temor a hablar.

Sin embargo, para ser honesto, este miedo puede regresar en momentos específicos, como en una entrevista, presentación o reunión formal. En estas situaciones, las expresiones o “Redebendungen” siempre me han ayudado a mejorar la calidad de mi alemán.

Nunca es suficiente

Hubo un momento en el que superé mi miedo a hablar y me di cuenta de que podía comunicarme de manera aceptable. Pensé que iba por el camino correcto. Sin embargo, no fue hasta que empecé a contar chistes en alemán, como el famoso “Dumm Dumm”, que es del estilo de chistes tontos como el del “Elefante que se llamaba Maíz”, que decidí asumir nuevos retos.

Comencé a explorar temas científicos y debates en la televisión, además de leer a Goethe. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que todavía tenía mucho por aprender. Hoy en día, entiendo los debates sobre ciertos temas, pero aún no logro comprender completamente a Goethe en alemán. Curiosamente, me reconforta saber que algunos alemanes tampoco lo entienden del todo.

Por otro lado, hablar en alemán sobre comida, viajes e historia me resulta más fácil. Quizás esto se deba a que son mis temas favoritos. En cambio, cuando se trata de política y religión en alemán, vuelvo a sentirme como un principiante. Por eso siempre digo que nunca será suficiente dejar de aprender alemán.

Las técnicas Ninja

En un momento determinado, me sentí abrumado porque sentía que mi nivel de alemán no correspondía al tiempo que estaba invirtiendo. Entonces pensé, “Para problemas extraordinarios, soluciones extraordinarias”. Comencé a aplicar las siguientes estrategias:

Flashcards: Sin duda, esta fue la técnica más laboriosa. Consistió en usar fichas en las que anotaba vocabulario y oraciones, tanto en alemán como en español. Diariamente, repasaba estas fichas en casa, en el autobús e incluso en el baño. Esta práctica me ayudó a aprender mejor los verbos irregulares, que suelen ser un desafío al principio.

Pseudo hipnosis: En algún momento, recordé que el Papa Juan Pablo II aprendió inglés mientras dormía. La técnica que intenté implicaba escuchar un audio de aprendizaje mientras dormía. Preparé mi propio audio de 30 minutos para esto. Aunque no estoy seguro de si realmente funcionó, al menos el proceso de crear el audio fue beneficioso.

Radio y televisión: En Alemania, es obligatorio pagar una cuota de radiodifusión, lo que me llevó a aprovecharla al máximo. A pesar de no entender nada al principio, empecé a escuchar programas de noticias en la radio y entrevistas a personajes desconocidos. En la televisión, comencé a ver “Sandman” en KIKA, un canal para niños, además de la telenovela “La Rosa Roja” el algún otro canal. Al principio, fue aburrido, pero con el tiempo, empecé a distinguir palabras en alemán.

En mi opinión, no hay una técnica “ninja” perfecta para aprender un idioma. Ya sea utilizando hipnosis o etiquetando todo en tu casa con su sustantivo y artículo en alemán, lo importante es tener un contacto constante con el idioma y adoptar el método que funcione mejor para ti o que, al menos, disfrutes.

Conclusión

Sin duda, aprender alemán ha sido un desafío constante, y a veces, especialmente por las noches, me cuesta mantener una conversación fluida. Por esta razón, siento que todavía estoy en proceso de aprendizaje. Después de tanta dedicación, llegó un momento en el que empecé a soñar en alemán, lo que me hizo darme cuenta de que había incorporado el idioma como parte de mí.

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6 comentarios en “Cuando por fin logré hablar en alemán”

  1. Querido alejandro, igual estoy yo, sigo aprendiendo este idioma difícil pero no imposible. Gracias por tu Blog, me sentido identificada.
    Giuliana

    1. Hola Giuliana =),

      Gracias por pasar por mi Blog a saludar, me imagino lo que pasaste y pasas por acomododarte en la cultura y el idioma, espero que tengas un feliz domingo, saludos desde la aún soleada Rosenheim.

  2. Mauricio Isaza Camacho

    Buenas observaciones. Aprender Redewendungen es de verdad útil, he hecho la misma experiencia. Gracias por el blog.

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